Hacia tiempo que quería hacer este pastel, creo que desde el primer minuto que lo vi, pero hasta hoy no había tenido ninguna buena ocasión para prepararlo. Cuando me propusieron preparar un pastel para celebrar los 4 años de Joel, no tuve ninguna duda, en seguida me vino este a la mente: Un Rainbow Cake!! Pensé en la cara que pondría cuando viera aquella tarta blanca decorada con algunos «Lacasitos» y con una banderola con su nombre, me imaginé cómo se quedaría cuando su padre partiera el primer trozo de la tarta y viera aquellos bizcochos de distintos colores.
La tarta tenía que ser un Rainbow Cake, no tenía ninguna duda. Visualizaba los bizcochos, me imaginaba su decoración, lo único que no tenía claro y que debía acabar de dilucidar era el tema de la cobertura y el relleno. Este pastel era para un niño que cumplía 4 años por lo que descarté en seguida un relleno y cobertura que estuviera hecho con crema de queso, tenía que ser algo más «para niños», más de su gusto pero sin dejar de lado a los adultos que iban también a disfrutarlo.
Al principio, me decanté por un relleno y cobertura hecho con chocolate blanco pero, dado que los bizcochos que iba a preparar para esta ocasión tienen un suave sabor a mantequilla, quería huir de los «buttercreams» y evitar añadir más azúcar al conjunto, así que acabé decidiéndome por una cobertura hecha con ganache de chocolate blanco y, pese a que no me acababa de convencer la idea de rellenar la tarta con alguna cobertura que no fuera blanca, tras descartar la mermelada de melocotón o de albaricoque que hubieran congeniado perfectamente con este tipo de ganache, pero que no tenía cabida al ser un sabor que todavía no conocía el «cumpleañero», acabé optando por rellenar la tarta con algo que fuera menos dulzón y mantecoso que el chocolate blanco y del que si únicamente poníamos una capa muy finita, daría el contrapunto y resultaría una tarta «Apta para todos los públicos»: ganache de chocolate.
Mis dudas sobre si resultaría o no esta combinación de sabores se ha disipado hace un momento, cuando he recibido un «whats» en el que el padre de Joel me decía que se habían comido el pastel, que estaba muy rico y que al «cumpleañero» le había gustado mucho!! 🙂
Para cualquier duda, consulta, sugerencia, etc., escríbeme a: judith@bakinglove.es
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